domingo, 30 de marzo de 2014

Silvio Rodríguez cautiva a 80 mil personas en el Zócalo


sáb, 29 mar 2014 22:54
CMéxico, DF. Con sus canciones, Silvio Rodríguez provocó un zoom back al pasado esta noche en su concierto para el público mexicano que se reunió  en el Zócalo, el ombligo del mundo, del Universo, que desde las  diez de la mañana llegó para estar en primera fila y oír  al autor de Ojalá. A las  ocho en punto, la plancha de la plaza principal lucía llena, y ríos de gente llegaban por el estuario de calles, sobre todo de Avenida Madero.
La cifra oficial de asistentes fue de  80 mil admiradores de Silvio, quien con Trovarroco ofreció una velada con el mismo programa del show  que ha presentado en los principales escenarios de México, incluido el  Auditorio Nacional, “Y un poco más…”
Los gritos de miles de jóvenes, nuevos seguidores de las canciones políticas, poéticas, metafóricas, vivenciales, profundas, sinceras, de lucha y paz, así como de amor en sus intersticios, pedían los éxitos de una de las principales voces de la trova cubana, junto con Pablo Milanes y Noel Nicola.
“Hoy, Santiago Feliú cumpliría 52 años. A él quiero dedicar este recital. Todo el recital. Se escucharon temas de su disco Amoríos, que los jóvenes corearon  a pesar de sus resiente factura. Gente mayor aplaudía  y comentaba que tal o cual composición le hacía rememorar algún pasaje de su vida, un momento de emoción, de pasión, de cuando se luchaba contra el sistema, ese monstruo de mil cabezas que se resiste a morir.
Noche fría, de historias, de seres de barrio, de calle, de quienes dibujan el paisaje  y son personajes de carne y hueso, de sangre y sudor,  de juego y cerveza. Se escuchó a los cuatro vientos que Silvio lanzó Papalote, sobre un negro que se hizo gente al morir. La exigencia moral, del somos o no somos, del todo o nada, de tener como principio de vida la idea de que ningún intelectual debe ser asalariado del pensamiento oficial.
La introspección colectiva fue con Mariposas, de la cual Silvio explicó la compuso en Cuba, pero cuya génesis fue en el Distrito Federal. “Tiene orígenes mexicas”, acotó.
Agradeció a México todo lo que le ha dado a lo largo de su vida, por lo que no podía faltar un invitado muy especial. Anunció que subiría al tablado al estilo de la película los Caifanes. Entre una gritería apareció Óscar Chávez con Los Morales. Para que amarrara la noche y Cuba y México  fueran las dos alas de un pájaro, el Caifan mayor interpretó La habanera. Siguió con Por tiEl infierno es amorCuando el sol no calienta. Le pidieron otras, pero advirtió que lo de él  sólo era un palomazo y no un recital. No obstante emocionó con el bolero Flores negras, híper cubano y armó un gran tíbiri  conMacondo.
Se fue y regresó Silvio para hacer la noche inolvidable, para reforzar convicciones, ideas férreas, sueños despiertos. A elevarse con el Unicornio AzulExposición de mujer con sombrero, que es su exposición pictórica-musical hecha suite. “…que tenga cuidado el amor…”.
Al cierre de esta edición cantaba  Ojalá en una versión jazzeada. La era está pariendo un corazón, y el golpe al cerebro conLa maza

viernes, 28 de marzo de 2014

Eduardo García Jimenez, narcopolitico y narcoempresario


Gomez Reina 1

Apenas hace 10 dias  reia y festejaba con el secretario de Economía Moises Gomez Reina.

A veces me da coraje y me indigno cuando veo como las grandes medios del estado y sus reporteros presumen de honradez y cero chayote, que miran con desprecio y hasta se ríen de los reporteros que trabajan en medios pequeños, algunos por amor a la profesión por miseros salarios y en ocasiones cero paga lo que les hace blanco fácil  de las tentaciones de políticos oportunistas y otros ya culmilludos y gruesa piel que les hace a veces inmunes a los balconeos y denuncias de reportero valientes que hacen su trabajo pese a todo, amenazas, sobornos y agresiones, no solo de de esta fauna son blanco fácil,  tambien de la mafia, de la policia, de funcionarios y a veces hasta de juan de los palotes que es amigo del amigo del otro amigo o de la amante, mayate de tal o cual personaje poderoso ya sea por tener dinero o buenas conexiones.
Esto viene a cuento pues hace apenas 9 o 10 días este servidor y en este portal se publicó una especie de reportaje donde se denunciaba como elsecretario de economia Moises Gomez Reina presumía en redes sociales haber inaugurado un restauran filial de otro de provincia en concreto Restaurante Elba cuya matriz está en Santa Ana, Sonora y es propiedad de Eduardo García Jimenez, individuo, PRIISTA y guía moral de los priistas según se dice en ese municipio.Eduardo Garcia El pirata
Aqui les dejo el link sobre lo publicado por un servidor al ver la nota del hecho hace 10 dias y la relacion del pirataGacia Jimenez con narcos y que nadie de los medios decentes y de prestigio supo ver o se hicieron pendejos para vender publicidad o recibir una jugosa mochada aparte de la jugos “milanesa” para los que reportean y no tiene medios para publicar pero presumen de poder hacerlo y si se venden por una comida.
http://noticiasdecaborca.blogspot.mx/2014/03/secretario-de-economia-gomez-reina-se.html
Eduardo Garcia Jimenez es señalado en una investigación de la DEA contra el cartel de Sinaloa que ha llevado a detener a una gran cantidad de cabecillas, sicarios y asociados, no obstante esto medios de comunicación estatales y sus reportero magnificaron tal evento como si el mismo Donald Trump, exitoso empresario internacional(igual de rata y corrupto ha de ser pero de mas nivel) hubiera estado en la capital del estado para dar arranque a un proyecto de gran envergadura, pues no era de tal magnitud, pero así lo vieron y en todos y cada uno hasta los mas modestos publicaron algo relativo al evento, ya sea notas, fotos o algún reportaje(vendido por supuesto) sobre la exitosa carrera en la politica y empresarial de Eduardo Jimenez alias El pirata,8 tal vez porque desde endenantes ya le conocían mañas para hacer y poseer lo que hoy tiene) pues han de saber que un pirata no era mas que un vulgar ladrón, atracador y asesino con la diferencia de que sus tropelías las cometía casi siempre en altamar y esos les llevó a michos de ellos a obtener títulos de nobleza y a codearse con al realeza europea, pues acá pasalo  mismo nomas que los similes de realeza corrupta son políticos y empresarios círculos a donde solo ingresan quienes carecen de escrúpulos, matan, roban saquean, corrompen, dan mochadas, mordidas, patadas, cachetadas y quítate que hay te voy, cambiando frecuentemente los rostros de los rateros y corruptos en los vaivenes tres añeros o sexenales de la politica, dependiendo del color  que acceda al poder son asi tambien los rostros y apellidos que disfrutan de los beneficios inherentes, otorgamiento de contratos, ejecuciones de contratos o licitaciones para obtener millonarias ganancias y asi este moderno pirata llegó al paraíso soñado pues siendo priista se codea o codeaba con lo mas selecto y granado de la elite politica panista y disfrutar de sus beneficios sin importarles a los azulitos los nexos de este cabrón con las mafias del narcotrafico a los que según la DEA lavaba o lava dinero.
Es casi imposible sino es que casi imposible que el secretario de economiaMoisés Gomez Reina no supiera de estos nexos del político que ayer jueves fue detenido por la marina y el ejército en un impresionante operativo destinado solo a las cagadas grandes de la mafia y lso diferentes carteles ue hay en el pais, según informacion aparecida en portal de noticias del cual mas abajo se publica esa informacion en este medio de forma completa.
En fin quería hacer una pequeña disertación sobre la desesperanza y la desilusión de los reporteros y pequeños medios que pese a todo y sus bajos niveles de audiencia persisten y hacen su labor tratando de no caer en la tentación de recibir grandes recompensas por su trabajo poniéndose al servicio de quienes pueden retribuirles para que manipulen la informacion y se alejen del objetivo principal que debe de ser meta el interés de los lectores sean pocos o sean muchos y ya me perdí de nuevo, pero eso si no hay satisfacción mas grande para un reportero ver que pese a todo, su trabajo es primero y que podrán presumir gran circulación y audiencias los otros pero jamás podrán sentirse a gusto ni disfrutaran tranquilos esas recompensas y que epse a todo gracias a internet no hay medios pequeños y en ocasiones el buen trabajo es reconocido y recompensado no con dinero pero si  con la satisfacción de ser mejores que esos que presumen de serlo, pese a en ocasiones tengas que desviarte bajo presiones o amenazas pero tiempos vendrán en que no podrán hacerlo ni con todo el dinero dle mundo aprovechando al necesidad o algún momento de debilidad al ver que todos lo hacen.
Veremos ahora si esos medios le dan la misa relevancia a la detención de este moderno pirata narco empresario que la dada cuando el secretario de economia inauguró si mas reciente empresa y si no lo hacen es porque seguramente ya fueron comprados para no publicar nada referente a este hecho que debería de ser ya un escándalo nacional por lo que significa la relación de un alto funcionario de primer nivel con un empresario de este calibre y calaña.
A continuación la nota publicada den Dossier político

DETIENEN A EDUARDO GARCÍA JIMENEZ EX ALCALDE DE SANTA ANA

(Tomado de Dossier Político).- Por: Claudio Tiznado:El empresario Eduardo García Jiménez “El Pirata”, quien fue alcalde de Santa Ana durante dos trienios fue detenido hoy por elementos del Ejército Mexicano, la Marina y la Policía Federal Preventiva (PFP), de acuerdo a una fuente que pidió no ser identificada.
Su presunta detención habría ocurrido al filo del mediodía de este jueves 27 de marzo, luego de que un convoy compuesto por las fuerzas castrenses y la PFP catearan su domicilio particular en esta cabecera municipal desde las 2:00 horas de la madrugada.
Hasta el momento no ha trascendido el motivo de su arraigo por parte de la Procuraduría General de la República (PGR), pues ninguna autoridad ha emitido información oficial al respecto. García Jiménez fue presidente municipal de Santa Ana por el PRI de 2006 a 2009 y es considerado el líder natural del partido en esa localidad.
De igual manera, su padre Eduardo García Becerra también fue alcalde por el tricolor en ese municipio bajo las mismas siglas.
La última vez que se le vio en público al ex edil santanense fue en esta Capital durante la inauguración de una franquicia de su restaurante en Pabellón Reforma, en que estuvo acompañado del secretario de Economía, Moisés Gómez Reyna.

jueves, 27 de marzo de 2014

Colosio, el impostor ( A ver que dicen "colosistas"


Una pared conmemorativa del aniversario del asesinato de Colosio en Tijuana. Foto: Xinhua / Guillermo Arias
Una pared conmemorativa del aniversario del asesinato de Colosio en Tijuana.
Foto: Xinhua / Guillermo Arias
MÉXICO, D.F. (apro).- Luis Donaldo Colosio es un ídolo fabricado con amnesia, ignorancia y mentiras, porque su comportamiento real como político priista y salinista fue la antítesis del demócrata.
La biografía política de Colosio –que este 23 de marzo cumplió dos décadas de haber sido asesinado por el sistema al que sirvió y del que se sirvió– está asociada a los fraudes electorales, los asesinatos políticos, los latrocinios y tantas arbitrariedades del poder priista en su expresión más siniestra: El salinismo.
Afiliarse es un acto de adhesión, no de repudio, y Colosio empezó a militar en el PRI en 1968, el año de la matanza de estudiantes en México, y su supuesto compromiso de democratizar el poder –en vísperas de su sacrificio– es la nítida confesión del régimen represor al que perteneció.
Más aún, con la arrogancia de los autócratas, Colosio daba por hecho que sería Presidente de México. ¿Cómo pensaba ganar? Como estaba acostumbrado el PRI y él mismo: A la mala.
La supuesta conversión de Colosio a la democracia sigue siendo, a dos décadas de su asesinato, una fantasía barata. Los hechos acreditan que fue un priista más sometido a Salinas, su jefe hasta su muerte.
Como coordinador de la campaña de Carlos Salinas, en 1988, Colosio fue protagonista principalísimo de una elección marcada por el fraude electoral y los asesinatos de Francisco Xavier Ovando y Román Gil, colaboradores de Cuauhtémoc Cárdenas, que fueron los primeros dos de los más de 500 cometidos en el sexenio contra simpatizantes de éste.
Presidente del PRI por decisión de Salinas, Colosio fue el responsable de todos los operativos fraudulentos en las elecciones que siguieron para imponer una “democracia selectiva”: En 1989, por ejemplo, Michoacán no y Baja California sí.
A Michoacán, Colosio envió una legión de mapaches electorales para recuperar el estado, encabezados por José Guadarrama Márquez –ahora perredista operador de Jesús Ortega–, y en Baja California cedió la primera gubernatura al PAN con Ernesto Ruffo.
En la elección de 1991, Colosio se propuso la recuperación del PRI al costo que sea. Decía Colosio: “Queremos la mayoría en el Congreso para seguir acompañando al presidente Carlos Salinas de Gortari en el cumplimiento del mandato social de transformar la vida nacional”.
Y sí: Lo logró con el recién creado Instituto Federal Electoral /(IFE) bajo el control de su partido, con Salinas como coordinador de la campaña desde el gobierno, con multimillonarios recursos del Programa Nacional de Solidaridad (Pronasol) y con todas las mapacherías.
Hasta la prensa extranjera, fascinada por las reformas privatizadoras de Salinas, observó el festín de trampas: Carrusel, ratón loco, operación tamal, compra y coacción de voto, “rasuramiento” del padrón.
Aún existía el Colegio Electoral, donde los presuntos diputados defendían su triunfo y ahí  se repitió la tradición: La oposición denunció, el PRI aplastó.
Colosio, quien fue subordinado del subsecretario Manuel Camacho Solís en la Secretaría de Programación y Presupuesto encabezada por Salinas, fue también un falsario de la democratización del PRI y represor de los disidentes Rodolfo González Guevara, fundador de la Corriente Crítica quien terminó por renunciar.
Y el único intento cupular para la supuesta democratización, el Movimiento para el Cambio Democrático (MCD), muy pronto se frustró también, como lo narra el periodista Julio Hernández López, quien fue invitado por Colosio para presidir como secretario adjunto del CEN ese organismo.
En su libro “Las horas contadas del PRI, la historia real de una disidencia por la democracia”, editado por Grijalbo en 1997, Julio cuenta que, tras acciones en los estados para sacudir al PRI –que él mismo presidió en San Luis Potosí entre 1994 y 1995–, el intento se frustró.
“Colosio no podía contradecir las instrucciones de Carlos Salinas y José María Córdoba. Y la instrucción, después de la asamblea, era la de reversa completa. Marcha atrás. Media vuelta. A esperar mejores tiempos.”
Añade: “Platiqué con Colosio. Empujar sería contraproducente para el proceso en general y para el proceso en particular. No había condiciones, las circunstancias habían cambiado”.
Julio renunció a la secretaría adjunta, aunque siguió al frente del MCD, “pero todo se deshizo. A fin de cuentas éramos un movimiento cupular, dependiente de la voluntad y la protección del presidente del partido”.
Ese presidente del PRI se incorporaría, en 1992, al gabinete como titular de la Secretaría de Desarrollo Social, creada para él por Salinas, tras la recuperación electoral del año anterior. Cargado de recursos, perfilado ya para ser el ungido de su jefe, Colosio recorrió el país en una abierta precampaña.
El 5 de noviembre de 1993, tres semanas antes de su destape, Colosio descendió a la lisonja con Salinas, en Tehuacán, Puebla:
“Esta es una ocasión propicia para rendir un reconocimiento al hombre que conduce con gran acierto y compromiso los destinos del país: Carlos Salinas de Gortari.
“Creo que aquí, como en el resto del país, la obra del gobierno de la República finca las bases de un nuevo tiempo mexicano, en el que está presente de manera decisiva la labor y el desempeño de su liderazgo permanente y ejemplar, de su temple y de sus profundas convicciones (…).
“Por su liderazgo, el Presidente supo convocar, unir y construir mejores destinos para el país y anticiparse a los cambios mundiales, sin vacilar en defender su soberanía (…).
“Por la magnitud de las transformaciones emprendidas, la obra de Carlos Salinas seguirá siendo fuente de inspiración en los años venideros”.
¿Colosio un demócrata? Qué tontería…
Comentarios en Twitter: @alvaro_delgado

miércoles, 26 de marzo de 2014

Presentan Programa oficial de la Fiestas del Seis de Abril


En rueda de prensa realizada en la oficina de la Presidencia Municipal con la presencia del Alcalde Francisco Jiménez Rodríguez, acompañado por funcionarios y regidores del Ayuntamiento, se dio a conocer el programa oficial de los eventos deportivos, culturales, desfiles, festivales, conciertos populares y demás actos que se llevarán a cabo en el festejo de la conmemoración del 157 Aniversario de la Gesta Heroica del 6 de Abril de 1857.
Tanto el Presidente como la Directora de Acción Cívica Municipal Maricela Sánchez Ramírez coincidieron en que el propio lema de las fiestas “Pueblo Con Espíritu de Grandeza” es una forma de reavivar el orgullo y amor por nuestra tierra y nuestras tradiciones por medio de las fiestas que se celebran desde hace 88 años, lo que las convierte en el festival con mayor tradición en Sonora y una de las más grandes tan sólo superadas por las Fiestas del Pitic y el Festival Alfonso Ortiz Tirado.
Las llamadas actividades permanentes ya iniciaron en algunos casos desde el 24 de marzo y se trata de eventos con temas sobre la ciudad y su gesta heroica de corte educativo, proyecciones de cine, eventos deportivos como la CIBACOPA, Copa Berrendos, encuentros de béisbol, zumba y ajedrez viviente, encuentro de motociclistas, talleres, recorridos turísticos  y otros.
Importantes eventos enmarcados en los festejos son también el Quinto Coloquio de Historia, Cultura y Medio Ambiente, el V Concurso Estatal de Artes Plásticas, el II Festival Sabores del Desierto, la cabalgata Cabalgando por Caborca, el Encuentro de Culturas del Desierto, el Gran Evento de Rodeo 2014, el Gran Baile con la Orquesta del Chino Medina, el Desfile de Luces, el Desfile Cívico Militar, Proyecciones Monumentales, conciertos y la ceremonia conmemorativa oficial.
Entre los eventos que seguramente se distinguirán por la convocatoria de participantes y público asistente se pueden enumerar el Desfile Cívico Militar del día 6 de Abril con al menos 50 contingentes y miles de espectadores, el desfile de Luces con unos 3 mil participantes y al menos otros 5 mil espectadores que desde la noche del día 4 de abril seguramente llenarán la plaza donde se presentarán los populares cantantes de ranchero Lalo Mora y Lorenzo de Monteclaro además de grupos y artistas locales.

Otro evento que siempre reúne al menos 4 mil espectadores y que seguramente este año no será la excepción es el Rodeo Internacional que se llevará a cabo a un costado del Bulevar Gómez Morín en el ruedo con capacidad para 4 mil personas y la mayor aglomeración se espera el propio 6 de abril por la noche para la clausura de las fiestas con la presentación estelar de la Sonora Dinamita y Los Ángeles Azules, así como el esperado espectáculo de fuegos artificiales.

Cuentan con nueva ambulancia en la Y Griega


Gracias a una aportación de trabajadores de la Sección 94 del Sindicato Nacional Minero y Metalúrgico la Comisaría Plutarco Elías Calles (la Y Griega) y demás comunidades del área rural del municipio de Caborca cuentan ya con una equipada ambulancia que fue entregada de manera oficial al Comisario del Lugar por el Alcalde Francisco Jiménez Rodríguez.
El principal gestor de la donación, el Comisario Luis Enrique Ramos Ortega explicó que la ambulancia tuvo un costo total de 10 mil dólares lo que incluye la compra de la unidad de la marca Ford de modelo 2003 en muy buenas condiciones, la adquisición de una camilla y demás aditamentos para su funcionamiento, misma que fue posible importar gracias al apoyo de elementos de la Policía Federal bajo un esquema que permitiría la sustitución en caso de pérdida total por algún siniestro como accidente o incendio.
Por su parte el Regidor Vislan Donato Aranda Guerrero agregó que la compra de la unidad fue con recursos de una aportación de 160 mil pesos de parte de sus compañeros sindicalizados que trabajan para la Minera Fresnillo, quienes decidieron que la unidad permanecerá por tiempo indefinido en comodato a favor de la Comisaría pero en el entendido de que será utilizada para labores de traslado de enfermos y también de heridos en accidentes como apoyo a Cruz Roja.
Gracias a una aportación extra consistente en mil litros de diésel mensuales de parte de la propia empresa minera, la ambulancia podrá dar servicio a la zona de playas y a la totalidad de las comunidades rurales que se encuentran más lejos de la cabecera municipal en trabajo conjunto de parte de la Comisaría y la delegación de Cruz Roja del lugar.
Antes de hacer entrega de las llaves del vehículo el Presidente Municipal Francisco Jiménez Rodríguez hizo un público agradecimiento a los trabajadores sindicalizados y la propia empresa minera, extensivo para el regidor Vislan y al Comisario de la Y Griega por hacer posible que la costa de Caborca cuente con una unidad para una mejor y más rápida respuesta en caso de accidentes o enfermedades graves, aganado así valioso tiempo en la lucha por la vida.

Anunció que gracias a gestiones encabezadas por los regidores del área rural Vislan Aranda, Leticia Ramos, Ubén Félix y el regidor étnico Francisco Gamboa muy pronto se realizarán obras de ampliación de alumbrado y red de agua en la Comisaría para beneficio de familias triquis y de otras etnias que viven en el lugar, además de que se proyecta muy pronto el arranque de otras 6 obras en la costa agrícola del municipio.

Listo “V Coloquio Internacional de Historia, Cultura y Medio Ambiente”



Listo “V Coloquio Internacional de Historia, Cultura y Medio Ambiente”
 
(Por Marco A. Manríquez) CABORCA.- Serán 11 mesas de trabajos, con temas referentes a la historia, cultura y medio ambiente de nuestra región, así como conferencias y presentaciones de libros, las que se presentarán durante el “V Coloquio Internacional de Historia, Cultura y Medio Ambiente”, los días 3, 4 y 5 de abril en la ciudad de Caborca, dentro del marco de los festejos del 157 aniversario de la Gesta heroica del 6 de Abril.
Así fue informado por la coordinadora de este evento, Raffaella Fontanot Ochoa, al indicar que ya son 5 años que participan en este evento, investigadores de diferentes instituciones en el Sonora, como investigación, educativas, cronistas, escritores, etcétera, y que acuden a este coloquio para presentar sus trabajos más recientes.
“Este coloquio ya se ha establecido como parte del ciclo anual de eventos de divulgación académica, científica y literaria de esta región y de todo el estado de Sonora”, expresó.
Fontanot Ochoa, precisó que el Coloquio no es solamente un evento académico cerrado para determinado sector, sino que el objetivo es involucrar al público asistente con música, cuentos, leyendas de Caborca y la región, etcétera.
“Esta es una forma de rescatar la historia y reafirmar la identidad; además de activar la narrativa oral, que es algo muy importante de nuestro legado histórico”, resaltó.
 
Encuentro de Vaqueros Poetas
Adelantó que otro evento importante que se realizará durante las mesas de trabajo, el 4 de abril, será el “I Encuentro de Vaqueros Poetas”, entre vaqueros poetas integrantes de la ciudad hermana de Prescott, Arizona y de Caborca y la región, para enriquecer más este coloquio.
Asimismo, Fontanot Ochoa, mencionó que en el transcurso de la presente semana se detallarán más las actividades del V Colosio Internacional de Historia, Cultura y Medio Ambiente, pero por lo pronto aquí les presentamos el programa de actividades
 
FIESTAS DEL 6 DE ABRIL 2014
PROGRAMA
V COLOQUIO DE HISTORIA, CULTURA Y MEDIO AMBIENTE DE CABORCA
Del 3 al 5 de abril 2014
 
JUEVES 3
 
9:00 
Registro de participantes
 
10:15 
Ceremonia de Inauguración a cargo del Presidente Municipal, Ing. Francisco Jiménez Rodríguez
 
MESA 1
Moderadora: Margarita Ramírez Celaya
 
10:40
Nicho ecológico y densidad de zorra gris, Urocyon cinereoargenteus (Carnívora: Canidae), en el Cañón de Las Barajitas, Sierra El Aguaje, Guaymas, Sonora. 
Lucila Armenta. 
 
La Reserva de la biósfera El Pinacate y Gran Desierto de Altar como Patrimonio de la Humanidad. Federico Godínez Leal.
 
Estudios arqueológicos en el trazo del gasoducto Puerto Libertad. 
Dai Blanquel García
 
MESA 2
Moderador:  Gerardo Hernández Jacobo 
 
11:30
Cuentos, crónica y leyendas de Caborca. Colectivo Letra y Música
Miguel Bejarano, Jessyca Rodríguez, Ramsés Chaira, Gustavo Mazón.
 
MESA 3
Moderadora: Delia María Piña Aguirre
12:20
 
Identidad y patriotismo. Principios dominantes del filibusterismo en Sonora. 
Viviana T. Ramírez Arroyo.
 
Análisis del concepto de filibustero en Sonora (1851-1857). Christian Palazuelos.
 
Contrabando a la vista: la convivencia con los monumentos y las instituciones en la frontera sonorense a finales del siglo XIX. El distrito de Altar (1874-1890). Delia María Piña Aguirre.
Los años de la industrialización vía sustitución de importaciones. El papel económico de la frontera durante el Porfiriato. Ramsés Valdez Zúñiga
 
13:50
Almuerzo
 
MESA 4
Moderadora: Ana Elsa García González
15:20
 
Mujeres, guarderías y exclusión, participación de las madres usuarias de guarderías del IMSS de frente a la nueva Ley de estancias infantiles. Silvia Núñez Esquer.  
 
Del pueblo de Zaragoza a la zona centro. Análisis de su diseño y realidad. Omar Yee Lazcano. 
 
La viruela en Sonora durante el siglo XIX. Hiram Félix Rosas, Fátima Domínguez Hernández 
 
La huelga de 1978 una lucha por la reivindicación obrera. Carlos Alberto Chacón Flores
 
MESA 5
Moderadora: Lucila Armenta
16:30
 
La ópera de estilo romántico en el México revolucionario. Paulina Isabel Molina Díaz
 
El foro internacional de música nueva Manuel Enríquez: de la vanguardia a la institucionalización. Gabriel Macias Osorno.
 
Autenticidad, turismo y patrimonio. René Córdova Rascón 
 
18:00
Presentación del libro Antes Cervantes, de Amancio de Lier. Edición de autor, (2014).
Comentarios: Rogelio Cornejo, Grijalvo Faux 
 
19:00
Presentación del Catálogo etnográfico del noroeste de México. CONACULTA/INAH, (2013). 
Comentarios de los autores: Alejandro Aguilar Zéleny,  José Luis Moctezuma Zamarrón
 
VIERNES 4
 
8:00
Recorrido por el templo misional de la Purísima Concepción (Premio de Restauración Bienal Nacional de la Federación de Colegios de Arquitectos de la República Mexicana), Museo Histórico y Etnográfico de Caborca, murales de Nereo de la Peña y otros sitios de interés.
 
MESA 6
Moderador: Natividad Vizcarra
9:30
 
Revista de la Universidad Kino, una experiencia de publicación electrónica en el ámbito educativo. Josué Barrera. 
 
Historias de Autobús, un proyecto en crecimiento. ¿Quién dijo que no se puede? Julio Gutiérrez Galaviz. 
 
Uso de las microredes en comunidades indígenas para el apoyo en la conservación de su lengua y su cultura. Propuesta de un modelo para las comunidades Yaquis. Francisco Ramírez Arroyo.
 
Experiencias en la coordinación del Encuentro Binacional de Poetas Migrantes. Manuel Cuén.
 
MESA 7
Moderador: René Córdova
11:00
 
Informe de actividades club ecológico ECOSTA del Centro de Bachillerato Tecnológico Agropecuario No. 264 del poblado Miguel Alemán. Ángel Esteban Galaxia 
Hernández, Daysy Solano Hernández. 
 
Informe de actividades club de ecología Colegio de Bachilleres Plantel Caborca. Diana Alicia Murrieta Badilla. 
 
Informe de actividades. Club de ecología “Jóvenes delfines” de Bahía Kino, Sonora. Astrid Marcela Acuña Monge, Juanita Flores Monge.
 
MESA 8
Moderador: Ramsés Chaira
12:10
 
La prefectura del río Yaqui 1858-1860. Ana Luz Ramírez Zavala.
 
Las relaciones de los grupos indígenas sonorenses con el gobierno estatal en el siglo XIX. María Patricia Vega Amaya.
 
Pueblos indígenas, víctimas de la biculturalidad. Bartolo Sánchez Sinohui.
 
Relatos sobre los orígenes, anécdotas de nuestra historia y exposición de nuestro presente. José Juan Samaniego León.
 
MESA 9
Moderadora: Raffaella Fontanot Ochoa
13:40
 
I Encuentro de Vaqueros Poetas de México y Estados Unidos
Manuel Espinoza (Pitiquito, Sonora), Javier Romero Oros (Altar, Sonora), Rudy Martínez (Caborca, Sonora) Bog Greninger y Bill Makela (Prescott, Arizona) 
 
15:00
Almuerzo
 
MESA 10
Moderador: Carlos Alberto Chacón Flores
16:00
 
En Caborca el ajedrez, es fácil de aprender. Elvia Zarina Monreal Reyna
 
Experiencias en el taller en formación de valores para prevenir el delito en jóvenes de secundaria y preparatoria del municipio de Caborca. Marysol Gámiz Martínez, Rosa Alicia Ledezma Meranda, Edgar Isaac Ortega Méndez. 
 
Taller de formación en valores, para la prevención del delito en jóvenes de secundaria del Municipio de Caborca; una última oportunidad o un modelo para la intervención de las IES en la calidad educativa de las instituciones de nivel básico.  Susana Angélica Pastrana Corral; Luz María Durán Moreno, Humberta Valeria Portillo Arvizu; Ignacio Alberto Valdez Bernal.
 
MESA 11
Moderador: Alán Santiago Sáinz 
17:10
 
Los orígenes de la minería y el proceso de conformación territorial de las provincias de Culiacán y Chiametla durante el siglo XVII. Gilberto López Castillo.
 
Relaciones interétnicas en la Pimería Alta en el siglo XVIII. Esperanza Donjuan
 
Pueblos en riesgo. Alejandro Aguilar Zéleny.
 
Difusión del legado misional. A 400 años de la llegada de los jesuitas a Sonora. Claudio Murrieta
 
19:00
Presentación del libro: Hombres sonorenses, un estudio de género de tres generaciones, de Guillermo Núñez Noriega. Universidad de Sonora y Pearson Editores, (2013).  
Comentarios: Susana Pastrana
 
20:00
Conferencia Comida sonorense, identidad y patrimonio común por Ernesto Camou Healy.  Moderador: René Córdova Rascón 
Explanada de Pueblo Viejo. (Foro del II Festival Sabores del Desierto)
 
SÁBADO 5
 
10:30
Presentación del libro Historias mías o liberando al león de su jaula, de  Eduardo Ortiz León. Edición de autor, (2013).
Comentarios: Francisco Ramírez
 
11:30 
Presentación del poemario Parvada de Olvidos de Manuel Cuén. Edición de autor, (2013). 
Comentarios: Samuel Roberto Lastra Morales.
 
12:30
Presentación del libro Hombres Valientes, de Guillermo Munro Palacio. De Cierto Mar Editores S. de R.L., (2014)
Comentarios: Luis Ernesto Castillo, Raffaella Fontanot. 
Moderadora: Rebeca Macén 
 
13:30
Ceremonia de clausura
Vino de honor

martes, 25 de marzo de 2014

Realizan programa de arreglo y bacheo de calles


Un intenso programa de bacheo y arreglo de calles en diferentes colonias de la ciudad inició el Gobierno Municipal, con apoyo del programa Todo Pavimentado del Gobierno del Estado que preside Guillermo Padrés Elías.
El presidente de Caborca Francisco Jiménez Rodríguez, acompañado por funcionarios y regidores dio el banderazo oficial al programa en el entronque de la calle Obregón y la avenida P donde, con una moderna máquina “bacheadora”, una cuadrilla de trabajadores  empezó las labores de limpieza y rellenado de los baches.
El Director de Obras Públicas Municipales, Gildardo Barreras Hernández, explicó que se trata de un camión capaz de transportar y aplicar la emulsión y el asfalto en un proceso que incluye la limpieza al sopletear la superficie a tratar con aire a presión, la impregnación del asfalto, la aplicación de la mezcla y la auto compactación que se realiza automáticamente gracias al tipo de emulsión de secado rápido y alta resistencia por lo que a los pocos minutos la calle está lista para ser utilizada para el tráfico normal de vehículos.
En una primera etapa que se realizará en un periodo aproximado de una semana se aplicará el bacheo en la avenida R entre las calles Primera y Cerro Prieto, Quiroz y Mora entre Paricutín y calle 18, José María Girón entre Bulevar Gómez Morín y avenida H, avenida W entre calles 5 y 6, Avenida Mártires entre Misioneros y calle 21, Obregón entre O y Q, Bulevar Maquio entre T y X,  y Calle 9 entre Quiroz y Mora y Seis de Abril.
Con motivo de los festejos por la Gesta Heroica del 6 de Abril también se aplicará el programa en las calles de Pueblo Viejo, varias calles del centro de la ciudad, la Calzada 6 de Abril y la calle Sexta para comodidad de los participantes del desfile, los caborquenses asistentes y los visitantes.

Antes de dar el banderazo de arranque del programa el Presidente Municipal envió un mensaje de agradecimiento al Gobierno Estatal y en especial al titular de SIDUR, Enrique Torres Delgado, por darle preferencia a Caborca al ser una de las primeras ciudades en el estado donde se aplica este programa que es parte del plan Todo Pavimentado que no sólo construye nuevos pavimentos sino que además proyecta arreglar las calles ya existentes a lo largo y ancho de Sonora.

lunes, 24 de marzo de 2014

Apoya Nacho Garcia Liga municipal de veteranos



El día domingo 23 de marzo por la tarde, el legislador panista se presentó en la inauguración de la Liga Municipal de Veteranos de beisbol. Como parte de la apertura de la liga, Nacho realizó el lanzamiento de la primera bola.

Durante el evento, Nacho tuvo la oportunidad de saludar a los presentes, entre familias, niños, jóvenes y personas mayores. Entre los asistentes, tuvo la sorpresa de poder saludar a la Sra. María Lizárraga Moreneau, nuestra querida “Merigul”. 

Además de acudir al evento, el Diputado García apoyó con material deportivo para los equipos participantes dentro de la liga, entregando pelotas de beisbol. Asimismo, se rindió honor y reconocimiento a René “el negro Ruiz”, quien fue aplaudido y celebrado por todos los presentes en el estadio.


“Seguimos trabajando en el marco deportivo en Caborca y nuestro III distrito, apoyando con material y equipo deportivo: balones, pelotas, uniformes, rehabilitación de canchas, en fin, cualquier medio y oportunidad que exista para promover la actividad física y la cultura deportiva de nuestros niños, jóvenes y por qué no, hasta adultos y adultos mayores. Ha sido una temporada de mucho apoyo y colaboración con equipos deportivos y estoy seguro que así seguirá siendo por el resto de nuestro período legislativo. Seguimos trabajando para ti”, aseguró Nacho García.

domingo, 23 de marzo de 2014

Fábula del buen hombre



Gregorio Martínez Cardona
9 de mayo de 1927 – 18 de febrero de 2014
Por Caracol Colunga
Cuando se estaban formando los ejidos en San Luis Potosí, varios trabajadores y jimadores de una hacienda mezcalera buscaron a Gregorio Martínez Cardona; el gobierno estaba repartiendo la tierra y ellos querían trabajarla, pero no sabían cómo. Desde chico, Gregorio sabía lo que es ser campesino. Como en un cuento clásico, vivía en un ranchito alejado de todo y sin más vecindad que el polvo. Sus medios hermanos mayores y una madrastra que no le tenía mucho aprecio lo obligaron a trabajar; se levantaba a las 5 de la mañana para sacar a las cabras a pastar y continuaba con las yuntas cuando su cuerpo ni siquiera alcanzaba para llevar bien el arado. Aunque sufrió mucho, la labor no sirvió de poco, pues se convirtió en el maestro de los jimadores.
Cuentan que cuando fue la partición de tierras, un avorazado se levantó antes y tomó para sí la parte más plana y sencilla de plantar en vez del espacio lleno de árboles y yerbajos que prometían inmensas jornadas de desmonte. Gregorio, sin resentimiento, escogió la parte difícil.
Al llegar el tiempo de cosecha, el avorazado contempló su tierra plana y seca. Gregorio tuvo cosecha de maíz y frijol ese año y todos los que vivió en el ejido.
***
La familia está reunida, y aunque visten de luto casi todos, están juntos y en una carne asada. Hay nietos, sobrinos, hijas y e hijos de Gregorio. Al principio nadie dice nada y esperan, pero después de un rato, cada uno suelta lo que recuerda.
No es que fuera santo, aunque al final de sus días podía recitar cualquier pasaje de la Biblia, como antes citaba de memoria el Código Agrario. Sus hijos dicen que esperaba con gusto a los Testigos de Jehová para platicar del libro, al punto en que ya le sacaban la vuelta a su casa.
Quizá la cuestión con Gregorio era la memoria y la lectura. En el ejido lo nombraron tesorero porque podía contar y recordar mejor que todos. A la hora de ir numerando chivas, mientras todos los demás perdían el hilo, él podía recordar y acabar rápido con una labor que se volvía interminable para los otros.
Dos momentos en su vida sacudieron esa sensación de inteligencia y memoria. El primero sucedió en 1969, cuando Gregorio emigró del campo en San Luis Potosí a la ciudad de Monterrey, junto con su esposa, María Elena Canizález, y sus hijos.
“Nos fuimos porque mis hijos querían estudiar, no por hambre”, suelta Elena. Y después matiza contado que Juan y Margarita, dos de los diez hijos que tuvo la pareja, terminaron la primaria y desearon ir a secundaria. Emigraron igual que muchos más en esa ola de los 60 y 70 que pobló los cinturones de pobreza en Monterrey y dio pie a organizaciones de posesionarios politizados.
La familia de Gregorio no fue posesionaria, pues pidió asilo con parientes de Elena. “De arrimados”, remata Juan. Lo pronunció como broma, pero se nota que es un tema que todavía cala. Otro hijo, Chuy, levanta la cabeza y cierra los ojos para no llorar, o para que los demás no lo vean llorar. Con los ojos cerrados y hablando a maldiciones y lento, lentísimo, para que no se desate el llanto, cuenta que lo que más le dolió a Gregorio fue no poder adaptarse a la ciudad, cuando en el campo se le respetaba y era útil. Un hermano de Elena lo recibió preguntando “¿Para qué viniste, cuñado, para qué vienes si ni albañil eres?”. Con el tiempo y ayuda de un extraño, su padre compró un carretón para vender naranjas. Aunque a Luis, un hijo más de Gregorio, le da pena admitirlo, Chuy dice que se avergonzaban de su papá; si éste iba por una acera con el carretón, ellos se pasaban a la otra para que nadie pensara que lo acompañaban.
De todos modos tuvieron que ayudarlo algunas veces, y por eso recuerdan que a su padre le costó demasiado empezar a vender. Nunca fue un hombre violento o que dijera groserías; a todos sus hijos les hablaba de usted y no subía la voz. Naturalmente batalló para gritar su pregón, y lo que al principio le salió de la garganta fue un “¡Naranjas, naranjas!” tan débil y estrangulado que parecía rezo.
El trabajo le permitió comprar una casa, que aunque inició con techo de lámina, fue creciendo desigualmente. En el patio de esa misma casa, mientras pone carne y tortillas sobre el asador, Luis cuenta cuál fue la segunda ocasión en que Gregorio sintió que le fallaron la inteligencia y la memoria.
¿De dónde venía la obsesión por la Biblia? Sí, era religioso e iba a la Iglesia con Elena, también devota, pero eso no lo explicaba todo. Antes fue el Código Agrario y más cosas. Le gustaba leer, aunque aprendió a hacerlo ya grande porque no pudo ir a la escuela. Disfrutaba leyendo, y cuando las cataratas lo hicieron ir perdiendo la vista, Gregorio sufrió mucho. Casi al final de su vida se operó y pudo volver a las letras. “Eso lo animó mucho”, relata Luis mientras ofrece un plato con carne.
***
Quizá sí era un hombre religioso, como cuenta su esposa. También fue alguien sencillamente bueno, agradecido con ella por enseñarle a vivir entre los hombres, por ayudarle a entender la ciudad, por cuidarlo y por sus hijos. La persona que un día compró un filtro para TV inservible sólo porque “era el último que le quedaba al vendedor y después podía irse a su casa”. Fue el hombre que murió repentinamente de un ataque al corazón y que en los últimos minutos pidió los brazos de Elena y no un rosario de su boca. 
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sábado, 22 de marzo de 2014

La lluvia es una cosa que sucede en el pasado

Martina Bastos/cronicasperiodisticas.wordpress.com/
[I]
Nada banal sucede bajo un paraguas. Lo digo con la certeza de quien le debe la vida a uno. Un joven que acude al servicio militar espera un autobús bajo la lluvia. Todos los botones abrochados, los guantes blancos, los zapatos impecables. Una joven que acude a clases de mecanografía espera el autobús bajo su paraguas. La cara lavada, el jersey de lana, las botas altas. En algún momento ambos se reunieron bajo esa cúpula que convertirían en su lugar de encuentro diario. Durante los meses siguientes, cinco elementos iban a repetirse: el joven, la joven, el autobús, el paraguas, la lluvia. Así se enamoraron mis padres, bajo un paraguas. El lugar donde sucede casi todo en Galicia.
La capital gallega, Santiago de Compostela, recibe diez mil vasos de lluvia al año por cada metro cuadrado. Ningún gallego se imagina una ciudad en la que no caigan gotas del cielo. Llegué a Lima sin saber que sus habitantes, aunque viven bajo un permanente techo de nubes grises, no tienen paraguas. La lluvia en la capital del Perú es un plan fracasado. Allí, si en un solo día lloviera lo de todo el año, la capa de agua que cubriría la ciudad apenas llegaría a un centímetro. En Lima la lluvia es tan sólo una garúa. En CONVERSACIÓN EN LA CATEDRAL, la novela de Mario Vargas Llosa, el protagonista dice sentirla como caricias de telarañas en la piel: «Una sensación más furtiva y desganada todavía. Hasta la lluvia andaba jodida en este país. Piensa: si por lo menos lloviera a cántaros». En Galicia, en cambio, el cielo gris es una amenaza seria: un tajo abierto del que insiste en caer la lluvia, desde siempre y para siempre. Esa constancia la ha convertido en parte del carácter del pueblo. Las enciclopedias definen nuestro clima como oceánico, suave y húmedo, pero los gallegos somos más categóricos: «nueve meses de lluvia y tres de mal tiempo». Es decir, y para zanjar el tema: en Galicia la lluvia no se acaba nunca.
[II]
Los gallegos despertamos al cielo nublado ciento cincuenta días al año. También vivimos en la región con más suicidios de España. Sería fácil creer que la lluvia es un depresivo natural. La climatología médica estudia la influencia del clima en la salud. El sol es un bloqueador de melatonina, hormona que provoca el sueño, y dispara el nivel de serotonina, la «hormona de la felicidad», cuya carencia se asocia a estados depresivos. El clima altera tu ánimo. El sol te hace extrovertido, la lluvia te vuelve ensimismado. El sol te distrae, la lluvia te confronta. El sol se empeña en que no pienses, la lluvia te obliga a pensar. Desde la antigüedad, cuando más dependíamos del clima para vivir, arrastramos la creencia de que el tiempo gris vuelve triste al ser humano. Hoy la ciencia matiza. Según el psicólogo Renato Santiváñez, la oscuridad potencia los estados melancólicos, pero no los desencadena. Unos investigadores de la Universidad de Santiago de Compostela y del Instituto de Medicina Legal de Galicia niegan que la lluvia influya en el ánimo suicida de los gallegos: en otras partes de Europa con clima similar no sucede lo mismo. Pero en el imaginario popular, la lluvia sigue siendo el escenario obligatorio para cualquier depresión que se respete. Mario Benedetti definió la tristeza como la lluvia sobre un tejado de zinc. Para escribir cuentos, Chéjov aconsejaba: «No digas que uno de tus personajes está triste: sácalo a la calle y haz que vea un charco en el que se refleje la Luna». Las desgracias literarias nunca tienen lugar en días resplandecientes. Los asesinatos, los abandonos, las despedidas o la muerte suelen situarse bajo la lluvia. Todos los primeros de noviembre, el único día en el que en los cementerios hay más vivos que muertos, en Galicia llueve. Y el cementerio ese día parece más que nunca lo que es: un lugar para la muerte. La lluvia actúa como una segunda capa de pintura, infunde un tono épico a cualquier imagen. Es como si en un día lluvioso doliera más recordar a los muertos.
Nadie ve llover desde una ventana escuchando reggaeton o heavy metal. La lluvia lo hunde a uno en acordes lastimeros. Existe un subgénero no oficial de canciones para los días que llueve. El tango dice: «la lluvia castigando mi angustia en el cristal», la trova canta a «la gota de rocío que del cielo se cayó» y al pop le «sigue lloviendo el corazón». Hay canciones en las que no llueve pero lo parece. Y hay quienes parecen siempre caminar bajo la lluvia. Como Leonard Cohen en Blue raincoat. Cuando Cohen se planta en el escenario con traje y sombrero, uno espera que empiece a llover en cualquier momento. Fue él quien dijo: «Pesimista es alguien que está esperando que llueva. Yo ya estoy calado hasta los huesos». Cohen pertenece a la tribu de aquellos que distinguen el tono exacto de gris de un cielo de lluvia.
Desde que cayó sobre la Tierra cuarenta días y cuarenta noches, la lluvia es símbolo de la fragilidad humana: nadie puede impedirla ni escapar de ella. Más de la mitad del planeta es lluvia en potencia. Cada segundo se evapora el equivalente a seis mil cuatrocientas piscinas olímpicas. Y todo volverá a caer. Entonces sucederán cosas: cosechas, romances, castigos divinos. También la vida o la muerte. El agua que transporta un huracán pesa más que todos los elefantes del planeta. Desborda ríos y devasta poblaciones enteras. Pero su amenaza es sigilosa. Menospreciamos su poder porque —como escribió la norteamericana Ann Patchett— una inundación no es algo tan súbito como un terremoto o un incendio. Las inundaciones son, cuando empiezan, sólo inofensivas gotas de lluvia.
Algo tiene de atractiva, que intentamos reproducirla. Medio millón de internautas visitan cada mes la web RainyMood, que permite escuchar treinta minutos de tempestad online. Otro millón ha comprado el videojuego de intriga psicológica HEAVYRAIN, donde cae agua sin descanso y las víctimas se ahogan en la lluvia. El pintor Cézanne, alertado de una tormenta, prefirió retratarla en lugar de huir. Murió de neumonía. Blanco de todos los clichés, en una novela nunca llueve porque sí. En Macondo llovió sin pausa durante cuatro años, once meses y dos días, hasta un viernes a las dos de la tarde, en que el grifo se cerró y en diez años no llovió más.
Los campesinos gallegos viven en un diluvio similar. Según escribió el periodista Prudencio Rovira a principios del siglo XX, tienen una vida ‘cuasi anfibia’: «Es una tierra tan empapada por la lluvia, un ambiente tan saturado de agua, que parece constituir un término medio entre el mundo puramente acuático y el terrestre». En el campo, la lluvia engendra seres con el don de la predicción. Los campesinos palpan la humedad de las piedras, miran la manera de tumbarse las vacas en el prado, escuchan el modo de soplar el viento y el canto de las ranas, apuntan la estela de los aviones. En la India, hay seiscientos millones de personas en el campo que necesitan saber con precisión cuándo llegarán las lluvias. Que la bolsa de Bombay baje o suba también depende del monzón. Los brujos y los campesinos fueron los primeros hombres del tiempo.
[III]
En Galicia tenemos más de setenta palabras para decir ‘lluvia’. Froalla si cae con sol, corisca si baja con nieve, arroia si llena estanques, poalla si moja lento, sarabia si llueve granizo, chuvasca si trae viento, treboa si incluye truenos, orballa cuando es menuda, babuña cuando es viscosa, pingota si hay gotas gruesas, mera si hay niebla espesa, batega si acaba pronto o barruña si persiste. Es lógico: el lenguaje se adapta al medio y la lluvia es un visitante habitual en nuestras vidas. Nadie se atrevería a llamarle «precipitación pluvial». Sería un insulto. Los gallegos la tratamos con la confianza de un amigo. Aquel al que le perdonamos todos los defectos. Nos preocupa si llega tarde y le rogamos que no nos falte. Nos acostumbramos a su olor. En Lima la humedad entra todo el tiempo por la nariz, pero nunca huele a lluvia. Según la ciencia, ese aroma viene de las plantas y algunas bacterias del suelo al liberar sus propios olores. El olor de la tierra mojada es el de una bacteria hidratada.
Con la lluvia, el gallego se siente menos solo. Es una cómplice con el que compartimos el territorio y la memoria sentimental, un pariente que tiene las llaves de la casa y puede presentarse sin avisar, porque siempre se le espera. Uno le conoce la rutina, las costumbres, la siente llegar antes de que aparezca. Cuando era niña, y mi madre empezaba a cerrar las ventanas al caer la tarde y guardaba en lo alto del armario las blusas de manga corta, sabía que algo iba a cambiar. Llegaban los días de la contemplación boba, aquellos en que no había otra opción que pasar horas frente a la ventana. El otoño empezaba el día que te calzabas las botas de goma. Durante la infancia, ese espacio sin calendarios, la lluvia era la única certeza del paso del tiempo.
Cuando cae agua del cielo, algo en nosotros se transforma. «Llueve y nos dan ganas de ser inteligentes —dice el periodista Omar Rincón—, queremos ver una película, leer un libro, escuchar música; con la lluvia intentamos la cultura». Pero no siempre es así. A veces resulta un pretexto para exiliarnos del mundo y holgazanear: dormir, ver la lluvia caer, amar. Estimula la pereza. Por eso los estudiosos coinciden en que no hay nada como una lluvia abundante para calmar una revolución: el chubasco desanima a los manifestantes. Gay Talese decía que un día lluvioso en Nueva York solía ser «un día solitario para los sargentos de reclutamiento, los limpiabotas y los ladrones de Times Square, que tienden todos a perder el entusiasmo cuando se mojan». THE NEW YORK TIMES comparó los días de lluvia en Nueva York con las estadísticas de homicidios del Departamento de Policía de la ciudad en años anteriores, y concluyó que hay menos crímenes en las noches lluviosas. Vernon Geberth, antiguo jefe de homicidios del Bronx, solía bromear sobre el efecto perezoso de los días con aguacero: «El mejor policía del mundo está de servicio esta noche», decía refiriéndose a la lluvia. Pero Geberth afirma también que dificulta cualquier investigación, porque las huellas desaparecen. Según su fuerza (cae a velocidades entre ocho y treinta y dos kilómetros por hora), el agua arrastrará fluidos corporales, fibras capilares o casquillos de bala. También es más difícil encontrar testigos: todo el mundo está tan concentrado en escapar, que no presta atención.
Bajo los aleros de los edificios, bajo toldos y puentes, en las estaciones, o en las barras de los bares, la lluvia es una lección de paciencia. Esos refugios resguardan del agua y de la soledad. Apiñados bajo un techo, los extraños se estudian, se vigilan. Algunos se hablan. Se sienten a salvo. Años más tarde, mi padre admitiría olvidar su paraguas a propósito para esperar junto a mi madre todos los días.
[IV]
Los gallegos somos seres con sólo una mano hábil: la segunda está siempre sujetando un paraguas. Es el apéndice sin el cual nos sentimos incompletos. Un gallego sin paraguas es una criatura mutilada. Viven en las mochilas, en los trasteros o en las maleteras de los carros, pero su cuartel general es el paragüero. Un pozo sin fondo al que llegan paraguas raquíticos que entran en un bolso y paraguas donde cabe una familia. Hay dos señales inequívocas de que una vivienda está habitada: un paraguas abierto en el porche y un paragüero a la entrada.
Maniobrarlo con destreza es un talento superior. Una mezcla de audacia y urbanismo que pocos dominan. Cualquier torpeza puede ocasionar un accidente. Las metrópolis lluviosas como Londres o Nueva York tienen reglas de etiqueta. El protocolo es estricto. Jamás debemos abrir un paraguas sin mirar antes a todas partes. En una calle angosta, la persona más alta debe siempre elevarlo para dar paso a la más baja. Hay decisiones que son fundamentales. Paraguas o alero; nunca las dos cosas. Así se evitarían los momentos incómodos en que se encuentra bajo la cornisa gente sin paraguas versus gente con paraguas. Cualquier esquina es un atolladero, y un callejón estrecho se convierte en una pista de contorsionismo con escaso margen de maniobra. Caminar así es un ejercicio de ciegos.
Llevar paraguas es un síntoma de madurez. En la infancia, cubrirse de la lluvia es una imposición, igual que asistir a misa, cortarse el pelo o abrocharse hasta el último botón de la camisa. Las madres creen que los paraguas no se llevan porque llueve, se llevan por si acaso llueva. Pero una ley no escrita dicta que salir con paraguas ahuyenta la lluvia. Sin saberlo, ellas han alimentado la oculta vocación de los paraguas: perderse. En cuanto cruza la puerta, corre el peligro de no regresar. Robert Louis Stevenson decía que era un signo de solvencia: «No todo el mundo puede exponer una propiedad que vale veintiséis chelines a tantas ocasiones de robo y pérdida». Debería redactarse un inventario de lugares propicios al olvido: las paradas de autobús, los asientos de tren, los respaldos de las sillas, los taxis, las estaciones de metro. Los paraguas se pierden con el espíritu de ser encontrados. Suelen decorar las oficinas de objetos perdidos; en medio de documentos de identidad, llaves de casa, gafas graduadas o dentaduras postizas, objetos inútiles que no sirven a nadie más que a su dueño. Los paraguas perdidos, en cambio, jamás se consumirán en un despacho burocrático. Pasan de mano en mano sin antipatías. Un paraguas es de todos.
[V]
La lluvia cuando es leve despierta placer. Aparece siempre en esas listas inútiles que flotan en Google del tipo: «Cincuenta razones por las que merece la pena vivir». Parece que «tardes de lluvia y lectura» o la combinación «lluvia y cama» —en sus vertientes onírica y sexual— nos alegran la existencia. A la pregunta «¿Te pone melancólico la lluvia?», un amigo respondió: «A mí lo que me pone melancólico es que no llueva». Un día soleado no es memorable. La lluvia, sin embargo, no se olvida nunca. Se pueden perder los detalles, los matices: no recuerdo el día, la hora, no sé por qué calle entré ni cuándo me fui, pero sé que llovía. A los días lluviosos pertenecen los recuerdos más vivos. En Chile nació un niño que escribiría en su biografía: «Comenzaré por decir, sobre los días y años de mi infancia, que mi único personaje inolvidable fue la lluvia». Cuando Pablo Neruda se instaló en Isla Negra, hizo colocar sobre su estudio un techo de zinc para escuchar la lluvia con la misma fuerza que el niño que fue.
Mi primer recuerdo de ella es su percutir. Los silencios del principio y del final de los días nunca eran completos. Crecí escuchando ese ruido tenaz: los picotazos del agua en el tejado. Un runrún que nunca, en ningún lugar, volvería a serme ajeno. Nuestro vínculo no se ha roto desde el día en que mis padres se encontraron por primera vez bajo un paraguas. No la necesito, pero la extraño. Donde no llueve siento una ausencia rara, un aire seco que me inquieta. Y cierta compasión por los que no han forjado una memoria saltando charcos. Triste vida la de los hombres y mujeres sin paragua
[I]
Nada banal sucede bajo un paraguas. Lo digo con la certeza de quien le debe la vida a uno. Un joven que acude al servicio militar espera un autobús bajo la lluvia. Todos los botones abrochados, los guantes blancos, los zapatos impecables. Una joven que acude a clases de mecanografía espera el autobús bajo su paraguas. La cara lavada, el jersey de lana, las botas altas. En algún momento ambos se reunieron bajo esa cúpula que convertirían en su lugar de encuentro diario. Durante los meses siguientes, cinco elementos iban a repetirse: el joven, la joven, el autobús, el paraguas, la lluvia. Así se enamoraron mis padres, bajo un paraguas. El lugar donde sucede casi todo en Galicia.
La capital gallega, Santiago de Compostela, recibe diez mil vasos de lluvia al año por cada metro cuadrado. Ningún gallego se imagina una ciudad en la que no caigan gotas del cielo. Llegué a Lima sin saber que sus habitantes, aunque viven bajo un permanente techo de nubes grises, no tienen paraguas. La lluvia en la capital del Perú es un plan fracasado. Allí, si en un solo día lloviera lo de todo el año, la capa de agua que cubriría la ciudad apenas llegaría a un centímetro. En Lima la lluvia es tan sólo una garúa. En CONVERSACIÓN EN LA CATEDRAL, la novela de Mario Vargas Llosa, el protagonista dice sentirla como caricias de telarañas en la piel: «Una sensación más furtiva y desganada todavía. Hasta la lluvia andaba jodida en este país. Piensa: si por lo menos lloviera a cántaros». En Galicia, en cambio, el cielo gris es una amenaza seria: un tajo abierto del que insiste en caer la lluvia, desde siempre y para siempre. Esa constancia la ha convertido en parte del carácter del pueblo. Las enciclopedias definen nuestro clima como oceánico, suave y húmedo, pero los gallegos somos más categóricos: «nueve meses de lluvia y tres de mal tiempo». Es decir, y para zanjar el tema: en Galicia la lluvia no se acaba nunca.
[II]
Los gallegos despertamos al cielo nublado ciento cincuenta días al año. También vivimos en la región con más suicidios de España. Sería fácil creer que la lluvia es un depresivo natural. La climatología médica estudia la influencia del clima en la salud. El sol es un bloqueador de melatonina, hormona que provoca el sueño, y dispara el nivel de serotonina, la «hormona de la felicidad», cuya carencia se asocia a estados depresivos. El clima altera tu ánimo. El sol te hace extrovertido, la lluvia te vuelve ensimismado. El sol te distrae, la lluvia te confronta. El sol se empeña en que no pienses, la lluvia te obliga a pensar. Desde la antigüedad, cuando más dependíamos del clima para vivir, arrastramos la creencia de que el tiempo gris vuelve triste al ser humano. Hoy la ciencia matiza. Según el psicólogo Renato Santiváñez, la oscuridad potencia los estados melancólicos, pero no los desencadena. Unos investigadores de la Universidad de Santiago de Compostela y del Instituto de Medicina Legal de Galicia niegan que la lluvia influya en el ánimo suicida de los gallegos: en otras partes de Europa con clima similar no sucede lo mismo. Pero en el imaginario popular, la lluvia sigue siendo el escenario obligatorio para cualquier depresión que se respete. Mario Benedetti definió la tristeza como la lluvia sobre un tejado de zinc. Para escribir cuentos, Chéjov aconsejaba: «No digas que uno de tus personajes está triste: sácalo a la calle y haz que vea un charco en el que se refleje la Luna». Las desgracias literarias nunca tienen lugar en días resplandecientes. Los asesinatos, los abandonos, las despedidas o la muerte suelen situarse bajo la lluvia. Todos los primeros de noviembre, el único día en el que en los cementerios hay más vivos que muertos, en Galicia llueve. Y el cementerio ese día parece más que nunca lo que es: un lugar para la muerte. La lluvia actúa como una segunda capa de pintura, infunde un tono épico a cualquier imagen. Es como si en un día lluvioso doliera más recordar a los muertos.
Nadie ve llover desde una ventana escuchando reggaeton o heavy metal. La lluvia lo hunde a uno en acordes lastimeros. Existe un subgénero no oficial de canciones para los días que llueve. El tango dice: «la lluvia castigando mi angustia en el cristal», la trova canta a «la gota de rocío que del cielo se cayó» y al pop le «sigue lloviendo el corazón». Hay canciones en las que no llueve pero lo parece. Y hay quienes parecen siempre caminar bajo la lluvia. Como Leonard Cohen en Blue raincoat. Cuando Cohen se planta en el escenario con traje y sombrero, uno espera que empiece a llover en cualquier momento. Fue él quien dijo: «Pesimista es alguien que está esperando que llueva. Yo ya estoy calado hasta los huesos». Cohen pertenece a la tribu de aquellos que distinguen el tono exacto de gris de un cielo de lluvia.
Desde que cayó sobre la Tierra cuarenta días y cuarenta noches, la lluvia es símbolo de la fragilidad humana: nadie puede impedirla ni escapar de ella. Más de la mitad del planeta es lluvia en potencia. Cada segundo se evapora el equivalente a seis mil cuatrocientas piscinas olímpicas. Y todo volverá a caer. Entonces sucederán cosas: cosechas, romances, castigos divinos. También la vida o la muerte. El agua que transporta un huracán pesa más que todos los elefantes del planeta. Desborda ríos y devasta poblaciones enteras. Pero su amenaza es sigilosa. Menospreciamos su poder porque —como escribió la norteamericana Ann Patchett— una inundación no es algo tan súbito como un terremoto o un incendio. Las inundaciones son, cuando empiezan, sólo inofensivas gotas de lluvia.
Algo tiene de atractiva, que intentamos reproducirla. Medio millón de internautas visitan cada mes la web RainyMood, que permite escuchar treinta minutos de tempestad online. Otro millón ha comprado el videojuego de intriga psicológica HEAVYRAIN, donde cae agua sin descanso y las víctimas se ahogan en la lluvia. El pintor Cézanne, alertado de una tormenta, prefirió retratarla en lugar de huir. Murió de neumonía. Blanco de todos los clichés, en una novela nunca llueve porque sí. En Macondo llovió sin pausa durante cuatro años, once meses y dos días, hasta un viernes a las dos de la tarde, en que el grifo se cerró y en diez años no llovió más.
Los campesinos gallegos viven en un diluvio similar. Según escribió el periodista Prudencio Rovira a principios del siglo XX, tienen una vida ‘cuasi anfibia’: «Es una tierra tan empapada por la lluvia, un ambiente tan saturado de agua, que parece constituir un término medio entre el mundo puramente acuático y el terrestre». En el campo, la lluvia engendra seres con el don de la predicción. Los campesinos palpan la humedad de las piedras, miran la manera de tumbarse las vacas en el prado, escuchan el modo de soplar el viento y el canto de las ranas, apuntan la estela de los aviones. En la India, hay seiscientos millones de personas en el campo que necesitan saber con precisión cuándo llegarán las lluvias. Que la bolsa de Bombay baje o suba también depende del monzón. Los brujos y los campesinos fueron los primeros hombres del tiempo.
[III]
En Galicia tenemos más de setenta palabras para decir ‘lluvia’. Froalla si cae con sol, corisca si baja con nieve, arroia si llena estanques, poalla si moja lento, sarabia si llueve granizo, chuvasca si trae viento, treboa si incluye truenos, orballa cuando es menuda, babuña cuando es viscosa, pingota si hay gotas gruesas, mera si hay niebla espesa, batega si acaba pronto o barruña si persiste. Es lógico: el lenguaje se adapta al medio y la lluvia es un visitante habitual en nuestras vidas. Nadie se atrevería a llamarle «precipitación pluvial». Sería un insulto. Los gallegos la tratamos con la confianza de un amigo. Aquel al que le perdonamos todos los defectos. Nos preocupa si llega tarde y le rogamos que no nos falte. Nos acostumbramos a su olor. En Lima la humedad entra todo el tiempo por la nariz, pero nunca huele a lluvia. Según la ciencia, ese aroma viene de las plantas y algunas bacterias del suelo al liberar sus propios olores. El olor de la tierra mojada es el de una bacteria hidratada.
Con la lluvia, el gallego se siente menos solo. Es una cómplice con el que compartimos el territorio y la memoria sentimental, un pariente que tiene las llaves de la casa y puede presentarse sin avisar, porque siempre se le espera. Uno le conoce la rutina, las costumbres, la siente llegar antes de que aparezca. Cuando era niña, y mi madre empezaba a cerrar las ventanas al caer la tarde y guardaba en lo alto del armario las blusas de manga corta, sabía que algo iba a cambiar. Llegaban los días de la contemplación boba, aquellos en que no había otra opción que pasar horas frente a la ventana. El otoño empezaba el día que te calzabas las botas de goma. Durante la infancia, ese espacio sin calendarios, la lluvia era la única certeza del paso del tiempo.
Cuando cae agua del cielo, algo en nosotros se transforma. «Llueve y nos dan ganas de ser inteligentes —dice el periodista Omar Rincón—, queremos ver una película, leer un libro, escuchar música; con la lluvia intentamos la cultura». Pero no siempre es así. A veces resulta un pretexto para exiliarnos del mundo y holgazanear: dormir, ver la lluvia caer, amar. Estimula la pereza. Por eso los estudiosos coinciden en que no hay nada como una lluvia abundante para calmar una revolución: el chubasco desanima a los manifestantes. Gay Talese decía que un día lluvioso en Nueva York solía ser «un día solitario para los sargentos de reclutamiento, los limpiabotas y los ladrones de Times Square, que tienden todos a perder el entusiasmo cuando se mojan». THE NEW YORK TIMES comparó los días de lluvia en Nueva York con las estadísticas de homicidios del Departamento de Policía de la ciudad en años anteriores, y concluyó que hay menos crímenes en las noches lluviosas. Vernon Geberth, antiguo jefe de homicidios del Bronx, solía bromear sobre el efecto perezoso de los días con aguacero: «El mejor policía del mundo está de servicio esta noche», decía refiriéndose a la lluvia. Pero Geberth afirma también que dificulta cualquier investigación, porque las huellas desaparecen. Según su fuerza (cae a velocidades entre ocho y treinta y dos kilómetros por hora), el agua arrastrará fluidos corporales, fibras capilares o casquillos de bala. También es más difícil encontrar testigos: todo el mundo está tan concentrado en escapar, que no presta atención.
Bajo los aleros de los edificios, bajo toldos y puentes, en las estaciones, o en las barras de los bares, la lluvia es una lección de paciencia. Esos refugios resguardan del agua y de la soledad. Apiñados bajo un techo, los extraños se estudian, se vigilan. Algunos se hablan. Se sienten a salvo. Años más tarde, mi padre admitiría olvidar su paraguas a propósito para esperar junto a mi madre todos los días.
[IV]
Los gallegos somos seres con sólo una mano hábil: la segunda está siempre sujetando un paraguas. Es el apéndice sin el cual nos sentimos incompletos. Un gallego sin paraguas es una criatura mutilada. Viven en las mochilas, en los trasteros o en las maleteras de los carros, pero su cuartel general es el paragüero. Un pozo sin fondo al que llegan paraguas raquíticos que entran en un bolso y paraguas donde cabe una familia. Hay dos señales inequívocas de que una vivienda está habitada: un paraguas abierto en el porche y un paragüero a la entrada.
Maniobrarlo con destreza es un talento superior. Una mezcla de audacia y urbanismo que pocos dominan. Cualquier torpeza puede ocasionar un accidente. Las metrópolis lluviosas como Londres o Nueva York tienen reglas de etiqueta. El protocolo es estricto. Jamás debemos abrir un paraguas sin mirar antes a todas partes. En una calle angosta, la persona más alta debe siempre elevarlo para dar paso a la más baja. Hay decisiones que son fundamentales. Paraguas o alero; nunca las dos cosas. Así se evitarían los momentos incómodos en que se encuentra bajo la cornisa gente sin paraguas versus gente con paraguas. Cualquier esquina es un atolladero, y un callejón estrecho se convierte en una pista de contorsionismo con escaso margen de maniobra. Caminar así es un ejercicio de ciegos.
Llevar paraguas es un síntoma de madurez. En la infancia, cubrirse de la lluvia es una imposición, igual que asistir a misa, cortarse el pelo o abrocharse hasta el último botón de la camisa. Las madres creen que los paraguas no se llevan porque llueve, se llevan por si acaso llueva. Pero una ley no escrita dicta que salir con paraguas ahuyenta la lluvia. Sin saberlo, ellas han alimentado la oculta vocación de los paraguas: perderse. En cuanto cruza la puerta, corre el peligro de no regresar. Robert Louis Stevenson decía que era un signo de solvencia: «No todo el mundo puede exponer una propiedad que vale veintiséis chelines a tantas ocasiones de robo y pérdida». Debería redactarse un inventario de lugares propicios al olvido: las paradas de autobús, los asientos de tren, los respaldos de las sillas, los taxis, las estaciones de metro. Los paraguas se pierden con el espíritu de ser encontrados. Suelen decorar las oficinas de objetos perdidos; en medio de documentos de identidad, llaves de casa, gafas graduadas o dentaduras postizas, objetos inútiles que no sirven a nadie más que a su dueño. Los paraguas perdidos, en cambio, jamás se consumirán en un despacho burocrático. Pasan de mano en mano sin antipatías. Un paraguas es de todos.
[V]
La lluvia cuando es leve despierta placer. Aparece siempre en esas listas inútiles que flotan en Google del tipo: «Cincuenta razones por las que merece la pena vivir». Parece que «tardes de lluvia y lectura» o la combinación «lluvia y cama» —en sus vertientes onírica y sexual— nos alegran la existencia. A la pregunta «¿Te pone melancólico la lluvia?», un amigo respondió: «A mí lo que me pone melancólico es que no llueva». Un día soleado no es memorable. La lluvia, sin embargo, no se olvida nunca. Se pueden perder los detalles, los matices: no recuerdo el día, la hora, no sé por qué calle entré ni cuándo me fui, pero sé que llovía. A los días lluviosos pertenecen los recuerdos más vivos. En Chile nació un niño que escribiría en su biografía: «Comenzaré por decir, sobre los días y años de mi infancia, que mi único personaje inolvidable fue la lluvia». Cuando Pablo Neruda se instaló en Isla Negra, hizo colocar sobre su estudio un techo de zinc para escuchar la lluvia con la misma fuerza que el niño que fue.
Mi primer recuerdo de ella es su percutir. Los silencios del principio y del final de los días nunca eran completos. Crecí escuchando ese ruido tenaz: los picotazos del agua en el tejado. Un runrún que nunca, en ningún lugar, volvería a serme ajeno. Nuestro vínculo no se ha roto desde el día en que mis padres se encontraron por primera vez bajo un paraguas. No la necesito, pero la extraño. Donde no llueve siento una ausencia rara, un aire seco que me inquieta. Y cierta compasión por los que no han forjado una memoria saltando charcos. Triste vida la de los hombres y mujeres sin paragua